martes, 8 de enero de 2019

Y A PESAR DE LA NIEBLA



Goya Gutiérrez (Cabolafuente, Zaragoza, 1954) ha publicado varios libros de poesía: De mares y espuma (La mano en el cajón, 2001); La mirada y el viaje (Emboscall, 2004); El cantar de los amantes (Emboscall, 2016); Ánforas (Devenir, 2009); Hacia lo abierto (Barcelona, 2011) y Grietas de luz (Vaso Roto, 2015). Ahora nos presenta su último trabajo: Y a pesar de la niebla (In-Verso, 2018).
Con la madurez que mana de su poesía, Goya Gutiérrez inicia el poemario diciendo: “Desnúdate de sauce, de sus lánguidas ramas, y viste de saúco, de todos sus brebajes / en el hervor del tiempo, sobre el papel en blanco”, como si pretendiera, al igual que el árbol del que se obtiene la medicina diaforética, librarnos de prejuicios y malestares, y que nos dispongamos sin ambages a disfrutar de su poesía.
Y a pesar de la niebla es un viaje por los interiores más recónditos que nos resultan  imposibles eludir porque sobre ellos terminamos construyendo lo que somos. Ahí están presentes los recuerdos de todo tiempo dispuestos a intervenir en los aconteceres de nuestra vida, como si nos dirigiéramos hacia el oleaje de vivencias ubicadas en el tiempo y en el espacio, a las que siempre recurrir: una habitación, las tardes, el eco de los túneles, el flujo de la lluvia…, allí donde los recuerdos nos hablen.
El poemario se divide en tres partes: “No dejes”, “Recuerdos como objetos redondos” y “Y a pesar de la niebla”. En cada una de ellas, Goya Gutiérrez hace una propuesta distinta que habla de superación, de vencimiento de todas las adversidades, y en las que diseccionada en pequeñas instantáneas el esfuerzo por la supervivencia frente a la incertidumbre existencial. Una búsqueda que a pesar de la niebla que tanto nos ciega anhelará siempre esa lluvia clara dispuesta a lavar “de su sombra a las cenizas”.
En la primera parte la autora se rebela en sus poemas contra todo lo que es capaz de confundirnos en la vida. Por eso apela a que no dejemos “que los grises días de la insuficiencia apaguen” nuestro espíritu, a pesar de que nuestros miedos estén acechantes y reabran, al menor descuido, las heridas. Vencer aun cuando el camino se haga más inhóspito, penetrar por las grietas que abre la desidia, enfrentarse a la extorsión del pasado incómodo, desoír las voces que llegan para confundirnos, incluso el universo de lo más procaz y absurdo, que también es enemigo de las ilusiones.
En la segunda se hacen presentes los recuerdos capaces de agolparse al mismo tiempo, como “en los ecos de túneles candentes que llegan de la infancia / hay espigas de cabelleras aéreas que yacen espaciadas / sobre la piedra circular del sacrificio”. Y aquellos otros que “se deslizan como anguilas, por las oscuras oquedades del olvido”
Finalmente, en la tercera parte, “Y a pesar de la niebla”, veinte poemas para reivindicar la poesía y la amistad, y también la soledad que ayuda a reconfortarnos con nosotros mismos, a “vivir alguna vez en el silencio de una casa  / habitada por parte de ese bosque / en donde me refugio del gran ruido del mundo”.
Des e este modo como podremos encontrarnos con la sublime profundidad poética de Goya Gutiérrez, y también con la serena y estimulante lectura de los poemas que se suceden como un relato de la vida en este hermoso poemario.

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